Se trata de uno de los principales baluartes de la bodega en Pedrosa de Duero, un tinto de gran protagonismo que ha conseguido posicionarse gracias a su enorme personalidad. Es todo un clásico en Ribera del Duero, con cuerpo medio, largo, equilibrado y adictivo.
Crianza: 12 meses en barricas de roble francés de 300 litros.
Color: Profundo color rojo cereza con ribete rubí.
Aroma: Limpios e intensos aromas a frutas rojas (cassis y grosella) y negras (mora y ciruela) bien maduras, con matices especiados aportados sutilmente por la madera de roble francés (coco y vainilla) y un regaliz muy marcado por la variedad de uva.
Boca: Se muestra amplio, fresco, equilibrado, sedoso, pero con mucha estructura y potencia, taninos muy dulces y suaves, con un largo final pleno de aromas y sabores.